Esta
pregunta me la hago constantemente cada día tras ver las noticias y comprobar
que tanto nuestro país como el resto se ve sometido a la imposición de leyes
que la mayor parte del pueblo no quiere, solo las quieren los políticos para
poder seguir mandando y que sus bolsillos o de sus familiares o socios no sean
tocados.
Familias
desahuciadas, padres de familia sin empleo, recién licenciados sin esperanza de
vida laboral en un futuro próximo. Éstas y otras cosas las vemos día tras día
alrededor, no solo lo vemos por la televisión o lo escuchamos por la radio,
sino que vemos en el día a día como un familiar no puede llevar un sueldo a su
casa y debe pedir a familiares o amigos, vemos como un amigo termina su carrera
universitaria y no encuentra trabajo a pesar de tener una de las notas más
altas de su año, y si corre la suerte de ser contratado será como becario
cobrando un mísero sueldo y trabajando más de 9 horas al día, y hasta debe
darle las gracias a su jefe porque le ha dado ese puesto, o vemos como a nuestros
abuelos les bajan la pensión y no consiguen llegar a fin de mes.
Lo que
escribo no es solo mi indignación, es la indignación de amigos, familiares y
muchas personas que ni conozco pero que piensan igual que yo y que cada día
salen a la calle a gritar por sus derechos, a ser apaleados para ser callados y
a levantarse de nuevo porque no se dan por vencidos.
Al principio
preguntaba dónde ha quedado la libertad, pero también debería haber puesto
dónde quedó la humanidad y la empatía por ayudar a los demás. Solo el pueblo
intenta ayudarse a veces entre ellos, pero la clase política y los grandes
empresarios se olvidan de quienes lo necesitan y esto nos llevará al descontrol
total de nuestra sociedad.
Por
último me gustaría lanzar otra cuestión. ¿Qué pasará cuando la ciudadanía ya no
tenga nada que perder? ¿Qué pasará a los dirigentes políticos que rodeados de
sus lujos no se den cuenta de la pobreza que están creando con su medidas y
mentes inútiles? No seré yo quien conteste a estas preguntas, pero seguro que a
todos se nos ocurren varias consecuencias y que precisamente no serán nada
agradables.
Ya la
protagonista de las viñetas de Mafalda lo decía: "Para amasar una gran
fortuna... hay que hacer harina a mucha gente."